miércoles, 13 de marzo de 2013

Las calificaciones

Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria - fue lo que la maestra me había dicho un día antes. -“¡Qué piensa esta maestra! ¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las 8:30. De ella dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla! Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que recibiría. Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan Rodríguez?”-Dijo la maestra. “Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir el boletin de mi hijo. Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?” El boletín estaba lleno de seises y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndolo para que ninguna persona viera las bajas calificaciones que había obtenido mi hijo. De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba: “Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, golpeé la puerta y grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, y le di una bofetada al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él. “¡¡¡¡ Y te vas a tu cuarto!!!”-Terminé. Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba. Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina. Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y entregándome el boletín de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco, me dijo: -“Léele despacio y después toma una decisión...”. Al leerla, vi. Que decía: BOLETIN DE CALIFICACIONES Calificando a papá: Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6 Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6 Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6 Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7 Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6 Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6 Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7 Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6 Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7 Calificación promedio: 6.22 Los hijos habían calificado a sus papás. El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos) Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, lo abracé y lloré. Me hubiera gustado poder retroceder el tiempo... pero eso era imposible. Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió.

¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el valor adecuado aquello que es importante en la relación con nuestros hijos, ya que en gran parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas. ¿Te has puesto a pensar que calificaciones te darían hoy tus hijos? Esmérate por sacar buenas calificaciones... “El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día”