jueves, 31 de diciembre de 2015

En el umbral del Año Nuevo

Era muy temprano cuando pidió salir a la terraza. Era todavía más temprano que otros días y subió
con prisa, dejando de lado algunos pequeños achaques detectados. El aire todavía estaba claro, todavía limpio de humanos que con el correr de las horas, se irían apoderando de todos los caminos y del paisaje. La estrella de la mañana le hizo un guiño y el perro parpadeó un momento: era como si los otros le saludaran desde allá arriba. Se sentó sobre sus cuartos traseros, los orificios nasales se dilataron y la negra nariz cobró brillo. Sí, ahí estaba: olía a Fin de Año. Como todos los años desde que vivía en esa casa, realizó el ritual que todos los perros de este mundo realizan poco antes de la Nochevieja. No era exactamente un acto de contrición, porque los perros están más allá de esas complicaciones morales humanas sobre el bien y el mal. Más bien era una especie de sentarse aquí y ahora para saber qué había dejado el año moribundo y qué esperar del que iniciaba. Para muchos por desgracia era negativo, lleno de cargas pesadas infligidas por la gente, por aquellos que toman y quitan, por aquellos que no comparten esta Tierra y de a poco y de a mucho, la erosionan y envenenan de diversas formas, algunas visibles y palpables y otras con sus actos. El perro miró a la lejanía, ahí donde en el infinito se fundía con el horizonte y con los volcanes eternos. Vinieron los recuerdos de los buenos momentos, de los instantes cotidianos que suelen ser los mejores, del recibir el alimento diario y no tener que buscarlo, como en otros tiempos de penuria, hasta que las patas se arrastraban de cansancio. Era agradecer el despertar y ver el rostro amado del amo, de esperarlo día con día con ansiedad y emoción, sin importar mucho su estado de ánimo. Pensó en los compañeros que había perdido ese año, los mejores del mundo y cómo había tenido que dejarlos ir porque los animales saben bien cuándo es tiempo de dejarlo todo y cuándo es deber seguir en este plano. Aprendió también a aceptar a los que se incorporaron al clan, cosa que no le resultó fácil porque son animales que tienen otro tamaño, un olor diferente y traen consigo sus propias historias. Pensó también en los paseos, en las botellas de plástico y en los bocadillos a hurtadillas, en las travesuras y en los regaños. Todo eso contenido en ese gran saco del año que terminaba. Miró hacia la calle y vio a aquellos que todavía tenían que valérselas solos, guiados solamente por su instinto y sin alguien que les permitiese ser parte de esa unicidad de la que formamos parte los seres vivos. Si tan solo alguno de esos humanos perdidos pudiera ver que lo único que necesitan es un amigo a prueba de todo y que ese amigo camina también extraviado, pero de otra manera, en las calles y aceras… Sopló el viento y se hizo la mañana, teñida de un tímido rosa pálido que se convirtió en un naranja furioso que finalmente, parió al sol de todos los días. El último día inició sin prisa, incluso con cierta pereza cuando algunos jirones de nubes amenazaron con ocultar al sol. El sol avanzó y las dejó atrás, para iluminar este último día que quizá sería el último para muchos habitantes de ese mundo azul. El perro no se sintió insignificante, sino parte de un todo. Sabía cuál era su lugar y este era importante. Abrazó al año que partía, lamió su nariz y movió la cola. El año por iniciar sería magnífico, aunque dependiera de los humanos. Quizá algún día lo entenderían.

Mayra Cabrera

viernes, 4 de diciembre de 2015

sábado, 14 de noviembre de 2015

Decisión acertada

Hola. Es mejor que me presente. Me llamo Adela, tengo justo quince años y ahora vengo del colegio,
donde me han dado una muy mala noticia. Un par de veces a la semana voy a tomar clases de música de forma extraescolar e incluso hemos formado una orquesta de música de cuerda. El profesor de música me dijo que yo tenía un talento natural para el violín y deseaba que continuara con mis estudios de música, cuando acabara el colegio. Pues bien, la actividad de música estaba sufragada por el cole y ahora resulta que con los recortes, el año próximo, será una actividad de pago… y además de pago elevado. El asunto es que yo soy huérfana de padre de hace ya cuatro años y mi madre es florista, si bien la última semana de cada mes no llegamos para los gastos de la casa y mi madre tiene que pedirle a la abuela, que depende de su pensión, el complemento para pasar la semana. Total que estamos sin un duro y no veo la manera de continuar con la ilusión de mi vida, que es la música. Cuando estoy afectada anímicamente, el estrés hace que mi asma rebrote con más virulencia y es por ello que con la receta del ambulatorio, me llego a la farmacia a por el “Ventolin” y el “Cromolin”. En la farmacia me atiende Alex, que es un señor muy simpático que siempre esta mucho de mi madre y de mí. Me da el “Ventolín” sin ningún problema, pero me dice que el”Cromolin” se lo traerán mañana por la mañana sin falta. Me parece bien, pero como que estoy más que blanda, arranco a llorar. -Oh no te preocupes, mañana tendrás el producto…no te oigo que estés tan mal…creo que es más bien por precaución- me dijo, creyendo que lloraba por esto. Me lo quedé mirando como una pava y los ojos acuosos. El con su bata blanca, bien parecido, más bien alto, un poco canoso…creo que entre cuarenta y cuarenta y cinco años… me halagó que se preocupara por mí. Y como quería desahogarme de alguna forma, le conté mi problema. -Mire Alex, me he puesto a llorar, no ya por la medicación, sé que no estoy muy mal, sino porque en el colegio me han dado una mala noticia. (Se lo conté todo a modo de desahogo) El me miraba fijamente, sin perder detalle. Entonces con una seguridad que no aceptaba replicas, me dijo -No te preocupes de nada. Yo pagaré las clases de música. Mañana iremos al colegio y lo arreglaremos. Ni tú ni tú madre me tenéis que dar nada a cambio. Lo hago porque os aprecio…y mucho. Lo único que es importante hacer es guardar el secreto entre ambos…es mejor no contárselo a tu madre, para ahorrarnos malentendidos… ¿me comprendes? Claro que lo entendía. Sabía que Alex nos quería, pero también se figuraba que el orgullo de mi madre le llevaría a no aceptar nada. Le di un beso en cada mejilla y me despedí de él. En la acera de enfrente, justo a la altura de la farmacia, tenía mi madre su pequeña floristería. Estaba fuera arreglando varios cubos con rosas, gladiolos, crisantemos… Su vida transcurría entre flores. Mi madre era guapa y todavía joven, no desentonaba nada con la belleza de las plantas. Me dirigí hacia ella para besarla. Ella me correspondió. Entonces me volví, disimuladamente hacia la farmacia y vi como Alex, había salido a la puerta para contemplarnos. Cuando no tenía trabajo, acostumbraba a salir a la calle para mirar a mi madre, siempre tenía tiempo para verla. Si bien ella, lo ignoraba y a duras penas le contestaba a sus saludos o comentarios. Aquella noche, como me encontraba más que alterada, después de la cena exploté hacia la única persona que tenía a mano. Mi madre. Además sabía que no le podía ocultar una cosa tan importante como la que Alex iba a hacer. Pero tampoco quería quedarme sin mis clases de música… arremetí contra ella -Mama, ¿Te has fijado en que Alex, el farmacéutico, siempre tiene un momento para mirarte? Ella ignoró mi pregunta subiendo ligeramente los hombros y haciendo una ligera mueca con la boca con cierto desdén. Esto me enervó, con lo que pasé al ataque directamente. -¿Qué es lo que no te gusta de el? ¿Que es de más o menos de tu edad? ¿Qué relativamente bien parecido? ¿Qué tiene carrera? ¿Qué tiene ciertas posibilidades? ¿Qué solo tiene ojos para ti?- le dije con toda la ironía de que era capaz. Ella no me respondió nada. Parecía no entender mi súbita cólera. Me observaba algo consternada. Entonces sin poder ocultárselo por más tiempo, desembuche el problema con la música en el colegio y con el ofrecimiento de Alex. Ella reaccionó como yo me suponía -¡De ninguna manera! ¡Eso sí que no! ¡Tu que te figuras!¿Qué no tendremos que pagar nada a cambio? – me soltó Esto acabó de alterarme, la lucha ya estaba servida. -Pareces una más de mis amigas colegialas. ¿Qué pasa, qué no es lo suficientemente monín? ¿Tus hormonas no acaban de ponerse en movimiento? ¿No ves que un hombre bueno y que solo está por ti y de rebote por mí? ¿No ves nada más de que si te gusta o no? Pareces las chicas del colegio. Entonces a mi madre se le enrojecieron los ojos. Me dijo -Tú, no te acuerdas pero ayer fue el aniversario de muerte de tu padre. Hace cuatro años que falta. —Ocultó el rostro con la mano. Ya había metido la pata…no había marcha atrás. La sensibilidad de mi madre afloraba y yo me había dedicado a pisotearla…sin embargo había que pasar página. Además no tenía muy claro que todo lo que le había dicho, no fuera verdad. Sin ver atisbos de solución a los nuevos problemas, me levante y con aspecto alicaído dije -Me voy a dormir. Buenas noches, mamá. Al día siguiente, un sol travieso entraba por el ventanal del comedor. Mi madre ya estaba desayunando. Se la veía esplendida, radiante como el día. Más guapa que de costumbre, se había puesto un vestido que le realzada mucho la silueta y los pechos. -¿Cómo te encuentras de tu asma? - Medio, medio.- contesté -He pensado en irte a recoger la medicación a la farmacia- me dijo sonriendo desinhibida mente. -¡Oh! Ya te acompaño- dije empezando a comprender. - No, voy a ir sola- Se levantó con seguridad y con la receta en las manos se dirigió hacia la puerta. Más cuando iba llegando a esta, iba perdiendo temple y antes de tocarla se volvió y me dijo -¿Qué le voy a decir? ¿Qué tengo que hacer? Ayúdame, Adela Yo me sonreí y le dije -No tienes que hacer nada. El, se ocupará, siempre lo ha hecho. Piensa que lo que vas a hacer es una cosa natural, les pasa a multitud de mujeres. Cuando él te hable, muestra algo del interés y del entusiasmo que siente por ti. Esta vez sentí complicidad con la mirada de mi madre y la vi que cogiendo aire y nuevamente seguridad, enfilaba el camino de la farmacia.

cclecha 

viernes, 16 de octubre de 2015

jueves, 15 de octubre de 2015

El vaso de agua

En una sesión grupal, la psicóloga en un momento dado levantó un vaso de agua. Cuando todos esperaban oír la pregunta: "¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?" , ella en lugar de ésto preguntó: - ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas de los componentes del grupo variaron entre 200 y 250 gramos. Pero la psicóloga respondió: - El peso absoluto no es importante, sino el percibido, porque dependerá de cuánto tiempo sostengo el vaso: Si lo sostengo durante un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve. Después continuó diciendo: - Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas en ellas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada. ¡Acuérdate de soltar el vaso!

viernes, 18 de septiembre de 2015

Mamen

miércoles, 26 de agosto de 2015

jueves, 9 de julio de 2015

Atraco a mano armada

Un ladrón entró al banco gritando a todos: "Que nadie se mueva, el dinero no es de ustedes, su vida en cambio les pertenece".
Todos en el banco, en silencio y lentamente se tiraron al piso.
A esto se llama:
"CONCEPTOS PARA CAMBIAR MENTALIDADES"
Cambia la manera convencional de pensar en el mundo".
En eso, una mujer se acostó provocativamente en uno de los escritorios, pero el ladrón le gritó:
"Por favor, compórtese, ¡se trata de un robo, no de una violación"
Esto se llama:
"SER PROFESIONAL"
¡Enfócate en lo que estás especializado en hacer"
Mientras los ladrones escapaban, el ladrón más joven (con una especialidad MBA) le dijo al ladrón viejo (que apenas terminó la primaria): "Oye viejo, contemos cuánto nos llevamos".
El ladrón viejo, evidentemente enojado, le replicó: "No seas estúpido, es mucho dinero para contarlo, esperemos a que en las noticias nos digan cuánto perdió el banco"
A esto se llama:
"EXPERIENCIA"
La experiencia es más importante que un papel de una institución académica.
Una vez que se fueron los ladrones el gerente del banco le dijo al supervisor que llamara de inmediato a la policía.
El supervisor le dijo: "Alto, alto, antes consideremos los 5 millones que nos faltan del desfalco del mes pasado y lo reportamos como si los ladrones también se los hubieran llevado"
El Gerente dijo:
"Correcto"
A esto se llama:
"GERENCIA ESTRATÉGICA"
"Sacar ventaja de una situación desfavorable."
Al día siguiente en las noticias de la televisión se reportó que se habían robado 100 millones del banco, los ladrones solo pudieron contar 20 millones.
Los ladrones, muy enojados reflexionaron:
"Arriesgamos nuestras vidas por miserables 20 millones mientras el gerente del banco se robó 80 millones en un parpadeo"
Por lo visto conviene más estudiar y conocer el sistema que ser un vulgar ladrón. Esto es:
"EL CONOCIMIENTO ES TAN VALIOSO COMO EL ORO"
*El gerente del banco, feliz y sonriente, se sintió satisfecho ya que sus pérdidas en el mercado cambiario fueron cubiertas por el robo.
A esto se llama:
"APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES
MORALEJA
DALE UN ARMA A UN HOMBRE Y PODRÁ ROBAR UN BANCO.
DALE UN BANCO A UN HOMBRE Y PODRÁ ROBARLE A TODO EL MUNDO.

lunes, 11 de mayo de 2015

viernes, 8 de mayo de 2015

Diferencia entre experiencia y conocimiento

Un día, un señor viajó al África junto con su fiel perrito. El objetivo del viaje era participar en un
safari de cacería. Durante una de las jornadas de caza, el perrito se alejó del grupo y se extravió. Habiendo perdido totalmente el rastro del grupo, el perrito comenzó a vagar cabizbajo por la selva. Repentinamente sintió alboroto. Levantó su cabeza y vio que una enorme pantera corría hacia él a toda carrera. El perrito comprendió que estaba a punto de ser devorado. Quiso pensar pero no había tiempo. Vio que a su lado había una pila de huesos de un animal muerto y comenzó a mordisquearlos. Cuando la pantera estaba lo suficientemente cerca, a punto de atacarlo, el perrito dijo en voz alta: - ¡¡¡Mmmm, qué rica pantera me acabo de comer!!! La pantera escuchó aquello y frenó bruscamente. Huyó despavorida pensando: - ¿Quién sabe qué raro animal será ese? ¿A ver si me come a mí también? Pero un mono que andaba trepado en un árbol cercano oyó y vio la escena… Sin más corrió tras la pantera para contarle cómo la había engañado el perrito: -¡Qué idiota eres pantera… esos huesos ya estaban ahí! ¿No te diste cuenta que solo era un simple perrito de ciudad? La pantera se sintió frustrada por su propia torpeza. Embravecida, corrió a buscar al perrito con el mono montado en el lomo… Una vez más, el perrito ve a lo lejos que la pantera se acerca, esta vez junto con el mono chismoso… -¿Y ahora qué hago? No había tiempo para huir… El miedo no lo amilanó. Entonces, en vez de salir corriendo, se quedó sentado dándoles la espalda, como si no los hubiera visto. Cuando la pantera estaba cerca para atacarlo el perrito exclamó: - ¡Este mono es un estúpido, hace más de media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no viene! He aquí el momento de reflexionar. Si el “perrito” se hubiera guiado por el conocimiento estaría muerto. El conocimiento indica que la pantera es un animal cazador del que un perrito no puede escapar. Sin embargo, el perrito no se aferró a esto. Él se dejó llevar por la naturaleza de su inteligencia en un momento crítico. El perrito comprendió que no había momento futuro. “Un presente inteligente se construye a cada momento”. No juzgue, reflexione… Ayer es un recuerdo del pasado. Ahora soy esto, por ello hoy opino así. Quién sabe quién seré mañana y que pensaré entonces…

sábado, 25 de abril de 2015

domingo, 5 de abril de 2015

sábado, 14 de marzo de 2015

Pipas

martes, 10 de marzo de 2015

jueves, 5 de marzo de 2015

sábado, 24 de enero de 2015

El tren de la vida

La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros… Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado… Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable... No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida... Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida... Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados… Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos... Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación… Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte… De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar… El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas... Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda. El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...? Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final. Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena. “Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida.

Alex Villanueva

martes, 6 de enero de 2015